jueves, 13 de julio de 2006

Un Poeta, Lucas Benielli

Despertó con muchas ganas de llorar. Vivió el mejor día de su vida.

Llegada la noche lloró sin consuelo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Entonces Juan comprendió
que la mujer perfecta
no existe

todas
-incluso María
con su almacén de esquina y caderas-
acunan en su vientre
cierto complejo trasnochado
o melancolía posorgásmica

su atroz descubrimiento
lo dejó abatido de primera
furioso de segunda
sereno de tercera

no supo qué gritar
o qué exigirles
por qué correr
o con quién dormirse
pero lo cierto es que
desde entonces
apenas si les teme o idealiza
incluso
-sostiene inconmovible-
hasta en las noches de lluvia
se corre sin paraguas
en busca de una teta

Anónimo dijo...

Más pior que ser un lastre de la sociedad, es nunca haberse dado cuenta de isto.