jueves, 26 de junio de 2008

lo original es universal

Sombra, niebla, sombra
en la formación del arcoiris
Camino hacia la nitidez
siempre carcomido
tanto avasallo paracaidista
Paso en falso hacia qué cosa
posesión no lamida vital
un aporte univocación no
geoeléctrica no nitidez
Ella repta sus surcos

sábado, 21 de junio de 2008

Ministra española desata polémica con palabra 'miembra'

Diario Uno

La palabra 'miembra' es una incorrección. No figura en el diccionario de la Real Academia Española, que fija la norma. Proferirla es una 'estupidez', una 'sandez' y una muestra de 'feminismo salvaje', según Javier Marías, Fernando Savater y Juan Manuel de Prada. Pocas veces un error gramatical -con o sin intención- desató tales diatribas contra una miembro del gobierno español, como le está ocurriendo a Bibiana Aído, la primera ministra de Igualdad de la historia de España. 'Palabras como guay o fistro no tuvieron tanta dificultad para ser incorporadas al diccionario. Puede haber una cuestión de machismo de fondo', se quejó la ministra días después en una entrevista en la que cometió otro error: la palabra fistro no figura en el diccionario. El feminismo y la gramática española no se llevan bien. Viene de antiguo. 'El lenguaje está creado por el hombre, para el hombre y tiene como objeto el lenguaje del hombre', sostiene la filóloga Pilar Careaga, autora de la obra El libro del buen hablar. Una apuesta por un lenguaje no sexista. Las mujeres se quejan de que no existen si no son nombradas, o que sólo figuran de forma peyorativa en un sistema lingüístico creado en sucesivas etapas de la historia en las que lo femenino no pintaba nada. La igualdad es tan reciente como que las españolas lograron el derecho a votar en 1931, mientras que los varones lo obtuvieron por vez primera en 1890. Los guardianes de la lingüística lo encuentran absurdo. 'No tiene sentido pensar que la gramática está contra los hablantes. No es verdad, pero en las lenguas romances el masculino es el término no marcado', tercia el académico Ignacio Bosque. ¿Se puede decir 'miembra'? Ya quedó dicho que no, que la RAE considera al sustantivo 'miembro' como un nombre común en género, esto es, un término ambidiestro, que sirve para unas y otros (las miembros, los miembros). Un transformista que se feminiza o masculiniza según el contexto. Claro que no siempre fue así. Hasta 2005, la palabra 'miembro' era considerada por la Academia un epiceno, un nombre asexuado, sin femenino ni masculino, como 'víctima', 'bebé' o 'criatura'. Conclusión: las cosas cambian. Hasta el académico Salvador Gutiérrez, catedrático de Lingüística General de la Universidad de León, concedió en plena tormenta que lo que hoy suena peregrino, mañana puede ser norma si la población comienza a utilizarlo. 'La lengua es el organismo más democrático que existe en el mundo', declaró. En esa evolución de las lenguas están de acuerdo todos. En que lo hacen atendiendo a patrones de la calle, también. 'No se puede emitir lenguaje con BOE, el lenguaje se crea todos los días y hay palabras que triunfan y otras no', sentencia Careaga. Como triunfó 'rebeca' para designar a las chaquetas de punto sin cuello que vestía la protagonista de la película que dirigió Alfred Hitchcock a partir de la novela de Daphne du Maurier Rebeca. 'Las palabras van cambiando, pero no se puede hacer por decreto ni pedir a la Academia que las cambie. La Academia refleja la realidad', sostiene Bosque, que coordina los trabajos para la nueva gramática, que sustituirá a la vigente desde 1973 (en realidad, un esbozo de la aprobada en 1931). Un capítulo de la obra se dedicará íntegramente al género. Hay filólogas, con años de experiencia en el estudio del sexismo en el lenguaje, que sí defienden el uso de la palabra 'miembras'. '¿Era incorrecto decir abogada antes de que la palabra estuviese en el diccionario de la RAE?', interpela retóricamente Eulalia Lledó. 'No', contesta, 'la corrección en la lengua no es un valor absoluto. Y no veo nada en contra de la corrección de la palabra miembra'. El Instituto de la Mujer, en su proyecto nombra.en.red, una base de datos para promover la escritura en femenino y en masculino, acepta la clasificación del diccionario de la RAE. Pero no exclusivamente: 'No podemos ignorar que son cada vez más las hablantes a las que les gusta denominarse miembras, en contra del criterio de la Academia. Entre las alternativas que sugerimos, se cuentan también aquellas que consideran la posibilidad de que la palabra miembro pase a ser de doble género, femenino y masculino'. Cuando esto lo ha asumido la ministra Aído, en un guiño a las organizaciones de mujeres que luego trató de rectificar y de nuevo reivindicar, la Academia se soliviantó. Lo de miembras disgusta hasta a las miembros. 'Me parece increíble que una ministra tenga tan poco rigor, lo encuentro ridículo y negativo. La Academia no inventa, es un notario', sostiene Ana María Matute, la única escritora que pertenece a la institución. La historiadora Carmen Iglesias y la científica Margarita Salas son las otras dos mujeres que se sientan en la Academia, donde el 93% son hombres. 'No cambiaría con más mujeres en la RAE. Hay personas que defienden los cupos y otras, no. Lo importante es dar igualdad de oportunidades y que los puestos se hagan en condiciones de igualdad', asevera el académico Ignacio Bosque. Distinta es la opinión de Pilar Careaga: 'Cambiaría con el 50% de académicas. Pero ocurre que tres varones proponen a alguien que tiene que ser aprobado por una corporación varonil. ¿Es que Almudena Grandes y Maruja Torres son peores que Javier Marías o Arturo Pérez-Reverte?'. Para la filóloga, el crédito de la institución está en entredicho por decisiones actuales y por exclusiones históricas: 'Se califica a sí misma una Academia que no fue capaz de acoger a María Moliner, la lexicógrafa por excelencia'. Moliner falleció en 1981, tres años después de que fuese admitida la primera académica: la escritora Carmen Conde. La última persona en ingresar en la RAE ha sido el escritor Javier Marías. Días antes, publicó un artículo en este periódico que tituló: 'No esperen por las mujeras'. Y decía así: 'Es absurdo, además de dictatorial, que diferentes grupos -sean feministas, regionales o étnicos- pretendan, o incluso exijan, que la RAE incorpore tal o cual palabra de su gusto, suprima del diccionario aquella otra de su desagrado, o 'consagre' el uso de cualquier disparate o burrada que les sean gratos a dichos grupos'. Concluía señalando que no pueden borrarse vocablos por mucho que disgusten ahora al oído, como 'judiada', porque ha existido y se halla en textos clásicos. Ante palabras cargadas de prejuicios, Eulalia Lledó no propone la supresión, sino la incorporación de una nota pragmática aclaratoria. El diccionario recoge las palabras que la sociedad crea, pero también consagra los usos lingüísticos correctos. 'La RAE debería haberse puesto a la cabeza y no ir detrás del proceso de cambio que vivimos. Las palabras tienen que estar al servicio de las personas y no al revés', considera Antonio García, fundador de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (Ahige). El sexismo del lenguaje comenzó a combatirse a nivel internacional a partir de la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en México en 1975. No es exclusivo de las lenguas latinas. 'Hay parámetros sexistas y androcéntricos universales, pero en cada lengua se manifiestan de distinta manera', indica Lledó. Incluso el inglés, citado a menudo como un ejemplo libre de carga sexista, ha recibido la presión de movimientos sociales en los setenta y los ochenta para eliminar prejuicios. Deborah Cameron, profesora de Lengua y Comunicación en la Universidad de Oxford, pone el ejemplo de la palabra fireman (bombero), gestada a partir de la palabra man (hombre), que ha sido reemplazada con el término firefighter. Cameron advierte de que los vocablos sexistas perviven en distinto grado en el lenguaje cotidiano y en los periódicos. Y concluye: 'Las instituciones pueden legislar sobre el lenguaje, pero las reformas sólo funcionan si la mayoría de los hablantes las aceptan. La gente nunca consulta a las autoridades antes de abrir la boca'.

miércoles, 11 de junio de 2008

SOBRE LIBERACION DE MELISSA PATIÑO


Jueza ordena liberación de Melissa Patiño


Hoy "la jueza Jessica León Yarango, del Primer Juzgado Penal Supraprovincial, debería haber resuelto la solicitud de cambio de la orden de detención por comparecencia. Que la razón nos ampare". Así termina una nota sin firma publicada en la la sección cultural de la edición de hoy de la revista Caretas 2026. Pues la razón amparó. La noticia la acaba de dar Perú 21: "Poder Judicial ordenó liberación de Melissa Patiño. Al decretar su excarcelación, la titular del Primer Juzgado Penal Supraprovincial de Lima estableció un pago de mil soles y determinadas normas de conducta que la joven deberá cumplir". Cabe recordar que ayer mismo el narrador Fernando Ampuero, jefe de la Unidad de Investigación del diario El Comercio, propuso la liberación de la joven poeta para ser juzgada "en comparecencia" ("No existe nada en su expediente para que no sea juzgada en libertad", expresaba), a diferencia de los otros seis detenidos. Y hoy aparece la noticia de tal resolución de la jueza correspondiente. ¿Coincidencia feliz?
A continuación, incluyo la mencionada nota de Caretas:


70 días de prisión para Melissa Patiño
Poesía tras las rejas


El delito imputado: cómplice de terrorismo, como miembro del MRTA, en agravio del Estado Peruano, Estado Colombiano y Estado Ecuatoriano. El motivo, entre otros poco contundentes contra la poeta Melissa Patiño: la "visualización" de un video con saludos del portavoz de las FARC, "Raúl Reyes", durante el II Congreso de la Coordinadora Continental Bolivariana, realizado del 23 al 27 de febrero en Quito, Ecuador. Así lo señala la cédula de notificación judicial (ver www.caretas.com.pe/Docs/melissa_patino.pdf), aunque Patiño ha declarado que asistió a dicho encuentro simplemente en reemplazo de Luis Enrique Amaya, conductor del programa radial "Círculo del Sur", de Villa El Salvador, para el cual ella trabajaba.
Al cierre de edición, Patiño seguía recluida en el Penal de Máxima Seguridad de Chorrillos, en régimen similar al de Elena Iparraguirre, y estaba pronta a cumplir 70 días de prisión. Según señala la abogada Silvia Romero, del Instituto de Defensa Legal, que ha asumido la defensa de Patiño, para este jueves 8 de mayo la jueza Jessica León Yarango, del Primer Juzgado Penal Supraprovincial, debería haber resuelto la solicitud de cambio de la orden de detención por comparecencia. Que la razón nos ampare.

PD: Melissa Patiño ya está en su casa (El Comercio y Perú 21).

PD Viernes 09: El diario La Primera expresa "¡Por fin libre!" en su carátula de hoy. "Triunfó solidaridad y Melissa ya está libre", titula en este mismo diario Leonardo Caballero su nota sobre el tema. "Joven poeta Melissa Patiño salió en libertad", informa Ana Véliz en La República. Por otro lado, en su editorial de Correo Aldo Mariátegui se pregunta "¿Por qué sólo se ha dispuesto la libertad de Melissa Patiño y no la de los otros detenidos junto a ella? [...] Si salió ella, lo lógico era que suelten al resto también, o por lo menos a los que no tenían antecedentes".

PUBLICADO EN: WWW.ZONADENOTICIAS.BLOGSPOT.COM EL 8 DE MAYO DE 2008

jueves, 5 de junio de 2008

UN LOCO HIZO MIERDA UN POEMA INEDITO DE BORGES

Tertium Organum


Por Alberto Rojo

Entré a la Biblioteca Nacional buscando una clave y me fui con muchísimo más. Mi intención era rastrear anotaciones de Borges en libros que leyó mientras era bibliotecario. José Edmundo Clemente había intentado disuadirme insistiendo con que Borges jamás anotaba en libros de la Biblioteca. De modo que decidí convencerme por mí mismo. O quizás refutarlo descubriendo algún comentario o nuevo indicio de influencias y así saber (por un momento al menos) algo sobre Borges que nadie sabe. Me impulsó además el vago recuerdo de un comentario de Alejandro Vaccaro sobre un proyecto de estudio sobre libros con anotaciones de Borges.

Me interesaba en particular el Tertium Organum, de Peter D. Ouspensky, cuyo esoterismo es el germen de alusiones científicas borgeanas, y quizás de su defensa de conjeturas insostenibles. Busqué en las computadoras del quinto piso (de las ocho andaban cuatro) y me subió un poco el pulso al comprobar que, entre varias ediciones en castellano relativamente recientes, estaba la traducción al inglés, del 39, de Claude Bragdon. Bragdon es el autor de ABC de la cuarta dimensión, que empieza: “La línea […] producida por la traslación de un punto, contiene un número infinito de puntos. El cuadrado […] producido por la traslación de una línea […] contiene un número infinito de líneas…”. El comienzo, coma más coma menos, es el mismo que el de El libro de arena. Pero a Ouspensky Borges le debe más.

Anoté mi pedido y esperé unos minutos a que mi nombre apareciera en unos televisores indicando que el libro estaba en el mostrador. Dejé mi mochila en un locker y entré con mi laptop y mi Moleskine. En una de las mesas cerca de los grandes ventanales apoyé el libro bajo una de las “lámparas estudiosas”. Lo abrí con cuidado. Tenía un sello rojo, circular: “Biblioteca Nacional, Buenos Aires, 20 de marzo de 1941”. Lo fui recorriendo, hoja por hoja, prestando atención en los lugares clave. El libro estaba en perfecto estado.

Página 108, segundo párrafo: “El animal no está en una posición para entender que el sol es el mismo ayer que hoy”. Compárese con “Funes el memorioso” (de 1942), a quien “le molestaba que el perro de las tres y catorce (visto de perfil) tuviese el mismo nombre que el perro de las tres y cuarto (visto de frente)”. Pero no había anotaciones.

Página 122: “Nuestro lenguaje es absolutamente inadecuado para la expresión espacial de las relaciones temporales. […] El lenguaje para la transmisión de las nuevas relaciones temporales debe ser un lenguaje sin verbos”. Y en “Tlön Uqbar Orbis Tertius” (cuyo título alude al de Ouspensky), el mundo “no es un conjunto de objetos en el espacio… Es sucesivo, temporal, no espacial”. En el hemisferio sur no hay sustantivos. En el hemisferio norte “la célula primordial no es el verbo sino el adjetivo monosilábico”. Tampoco había anotaciones.

Pero más adelante, antes de llegar al momento en el que Ouspensky habla de objetos que pueden existir fuera del tiempo y el espacio, y así ocupar el mismo lugar y existir simultáneamente (la idea está en “El jardín de senderos que se bifurcan”, en El Aleph, en sus tigres que son simultáneamente todos los tigres, y luego en la física cuántica) apareció el milagro: casi adherida a la página, una hoja de cuaderno, de papel cuadriculado, con la caligrafía de Borges. Me faltó el aire. Miré alrededor.

Nadie me miraba. Era un soneto perfecto, inolvidable, sobre el amor, el tiempo y la memoria, con la precisión y la música del mejor Borges. ¿Y ahora qué hago?, me dije. ¿Cuántas hectáreas de soja puede valer en Christie’s un manuscrito inédito de Borges? ¿Lo publico como propio? ¿Lo conservo como herencia ilícita para mis nietos? Releí el soneto hasta memorizarlo. Lo despegué con furtiva cautela y lo metí dentro del cuaderno. ¿Quién fue el último en consultar este libro?, pregunté en el mostrador. “No guardamos esa información” contestó el empleado. Saqué la mochila del locker y bajé las escaleras en un estado casi alucinatorio.

En Café del Lector, donde hay wi fi, puse el texto en Google y en la base de datos de mi universidad. El poema no existía. Encargué un cortado y en el momento en que la moza lo puso en la mesa, empezó a diluviar sobre Buenos Aires. Era el miércoles 21 de mayo de 2008.

Miré la lluvia mientras repetía el texto del soneto en voz baja, degustándolo, haciéndolo mío. Entonces descarté lo obvio y elegí el más egoísta y simple de los caminos de posesión: la exclusividad de la memoria. Saqué el soneto del cuaderno, lo apoyé en la mano, salí a la plaza y lo expuse a la lluvia. La tinta se desvaneció rápido y el papel, ya frágil y quebradizo, se disolvió en el agua.

http://www.criticadigital.com.ar/impresa/index.php?secc=nota&nid=5572