Por: Juan Terranova.
Ediciones Lea acaba de publicar Historias de Putas de Enzo Maqueira. El libro y el autor tienen un blog www.laputapituca.blogspot.com. Acá, Maqueira responde algunas preguntas sobre el excéntrico libro y su proceso de escritura.
¿Cómo se te ocurrió hacer este libro?
Siempre me resultó atractivo el lado B de la realidad. Y cuando hablo de “realidad” hablo de lo que uno va mamando. Así que me preocupé por enterarme de lo que había del otro lado: junté la plata, tomé la primera cerveza, subí las escaleritas. Eso mismo lo hice muchas otras veces. Cuando llegaba a mi laburo, en la editorial, contaba. Y después contaba la novela que estaba escribiendo… “¿Por qué no escribís un libro sobre putas, en lugar de escribir esas pelotudeces?” me dijo uno de mis compañeros. Y así fue.
¿Por dónde empezaste? ¿Qué fue lo primero que escribiste?
Como suelo ser muy desordenado, esta vez pensé una estructura para el libro y después me dediqué a llenar los espacios. El libro fue escrito como es leído. Empecé escribiendo sobre mí, y después quise alejarme cada vez más de lo que yo había conocido, y quise acercarme a lo que ellas me habían contado.
Trabajás con una idea cronológica, ¿cómo sentís que haya cambiado la prostitución a lo largo del tiempo?
En poco. Lo más interesante que tiene el libro –o que tuvo, para mí, la investigación del tema–, es que muestra que la prostitución es casi siempre la misma desde Babilonia hasta acá. Salvo por algunas cuestiones asociadas a la prostitución religiosa –que bien se podría igualar a nuestra prostitución por fama, la religión del siglo XXI–, el resto son todas historias que se repiten.
¿Qué lo diferencia de un ensayo académico?
Que está pensado para un lector no académico. Si hubiera querido hacer un ensayo académico, el libro no hubiera tenido aquel nacimiento. Y como no fue gestado de esa forma, decidí liberarme de todas las densidades del género. Preferí esconderme en la literatura. Desde ahí, sentía que nada más tenía que rendirle cuentas a mi conciencia.
¿Qué fue lo que más te sorprendió durante la escritura y la investigación?
Durante la escritura, la rapidez con la que todo parecía relatarse. No suelo escribir muy rápido; me agarran épocas de mucha producción y después soy capaz de pasarme meses sin saber cómo seguir. En cambio, a estas putas las escribí de un tirón. Durante la investigación, lo que más me sorprendió fue lo que me iba pasando a medida que me metía cada vez más adentro de ese lado B: salir de mi casa en la madrugada, mirar el cuerpo desnudo, tratar de descifrar lo que escondían los pelos de un pubis, escuchar los gritos de una puta diciéndole a otra que te lo cojas vos, boluda, que el gordo ése te pega una cogida y te rompe todos los huesos (no era yo el gordo, yo nada más miraba).
¿Te quedó alguna historia afuera, que no entraba o que no llegaste a colar en el libro?
Sí, porque hubo que ajustarse a una cantidad de historias. Además, con la salida del libro empiezan a aparecer historias nuevas. Ya se me acercó más de uno a contarme que en su pueblo había una puta que hacía no sé qué milagro con la cola...
¿Cuál es el lector ideal de Historia de Putas?
Supongo que un tipo como yo, un reventado que se calienta leyendo que una mina te chupa la pija. (Risas) Ése es el lector ideal. Pero hay muchos otros lectores que no son ideales, pero que también me gusta encontrar. Puede ser una señora que siempre quiso ser puta, un padre religioso, un odontólogo en la cola del supermercado… El libro está pensado para el lector, pero no para uno en especial. Desde el principio, la idea fue que atrapara tantos lectores como fuera posible. Y suele suceder que los atrapa. Aunque muchos tratan de escapar, asqueados, por supuesto.
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