domingo, 13 de abril de 2008

un poema de Marina Tsvetaeva traducido por Roberto Echavarren

Amiga

¿Es usted feliz? Me dirá: “Lo dudo.
Mejor olvidarse.”
Usted demasiado a muchos besó.
De ahí viene su tristeza.
Veo en usted a todas las heroínas
de las tragedias shakesperianas.
Y a usted, joven trágica lady
nadie la salvó.
Mucho la cansa
repetir el recitativo amoroso.
Ese tábano rojo de metal
le horada la mano sin sangre.
La amo a usted
como a una nube de tormenta…
Pero usted, cáustica, quema
más que cualquiera, usted es
mi demonio de frente abovedada.
Por eso le digo: “Perdone”.
Aunque me sacrificara sobre su tumba
sería inútil: a usted nadie la puede salvar.
¿Por qué siento escalofríos?
¿Acaso estoy dormida?
Sueño con esta maravilla irónica
que es usted – y no es él.

Marina Ivánovna Tsvetáyeva. Poeta rusa (26 de septiembre de 1894 - 31 de agosto de 1941) que debió exiliarse en Praga y en Francia después de la revolución rusa. Vuelve a la Unión Soviética para reunirse con su marido Serguéi Efrón y con su hija, en 1939. Se suicida en 1941.

Deja una obra viva, fuerte, intransigente que fue salvada de la destrucción y del olvido por su hija Ariadna Efrón.

En la Unión Soviética permaneció casi inédita hasta después de la Segunda Guerra Mundial, cuando comenzó a ser conocida a través de hojas clandestinas.

Fuente bio: es.wikipedia.org

3 comentarios:

Anónimo dijo...

poetas, artistas que resisten regimenes....
siempre fueron necesarios.

que habra sido de los ultimos años de esta mujer...

marcelo dijo...

apasionante, Amalia. La clandestinidad de los transgresores.
Había leído algo de esta buena mujer, alguna vez.
saludos,
M

Anónimo dijo...

Fue una poetiza de altos vuelos,
y de un realismo, que casi se puede
tocar en sus versos.
Toda su obra es un fiel testimonio
de lo que le tocó vivir.