La ve. Se ven. El
bar que los rodea comienza a perder importancia, o quizás sustancia. Palabras
desde la sonrisa que brotan entre botellas y flotan en una mesa insustancial.
El súbito encontrarse de dos bocas, una tibia colisión conectora, que los une
en una sola danza de terciopelos y de sedas, entre luminarias y plaza lejana,
pero todavía ahora, todavía aquí. Hasta que las caricias modifican la textura
de la piel, la disposición de cada uno de los músculos y sus movimientos, en rítmica
rima, ya meciendo sentires, meciendo soñares, ya dos seres que tan uno solo.
Entonces, todo es alcoba difusa, entre luces parciales, esquivas y sus
embestidas, como olas de un poderoso mar encausadas hacia un solo punto, allá
en todo el centro de su cuerpo de mujer, que ahora experimenta la tensión de su
espina dorsal, en el breve culminar de algo que ya empieza, y cada gota de su
cuerpo acaricia el de él, quien ya no tiene piel sino junto a la suya. Y
existe, entonces, un minuto. Uno solo; En que todo se detiene y sus cuerpos se
pegan, se friccionan y se mezclan como dos gotas salivadas de la sábana que
cobija su unión, en el súbito retorcerse de una de sus arrugas, viciadas ya de
amar. Las gotas caen juntas soñando que flotan y que son una sola. Entonces el
estallido final, que las cristaliza en ese repentino multiplicarse en cien y
mil brillos contra el suelo. Luego sólo una fina capa sobre la superficie y el
cielo, reflejado en su sonrisa de respiración desordenada, de cabellera
revuelta, de agitado pecho de redondas lunas.
Leandro March nació
el 21 de julio de 1986 en Mar del Plata. Estudió teatro desde los 7 a los 14, técnica
de la voz desde los 12 hasta los 18. Es adicto a la lectura y da talleres de
canto en El Antro Mágico y canta en los colectivos para darle alegría a la
gente. Actualmente vive en Buenos Aires, es un enamorado del tango y se lo
puede escuchar los jueves a las 01 horas en Cusca Risun
1 comentario:
* los miércoles!!
Publicar un comentario