El método del recorte
Durante una convención surrealista de los años 20, Tristán Tzara, el hombre de ninguna parte, propuso
crear un poema allí mismo mediante la extracción de palabras depositadas en papelitos dentro de un
sombrero. El motín resultante causó estragos en el teatro. André Breton expulsó a Tristán Tzara y confinó
los recortes en el diván freudiano.
En el verano de 1959, el pintor y escritor Brion Gysin recortó en secciones varios artículos de diarios y las
reorganizó al azar. Mi libroMinutes to Go (A minutos de partir) fue un resultado de este experimento inicial
de recorte. Minutes to Go contiene recortes no reescritos, sin cambio alguno, que emergen como una
prosa bastante coherente y llena de significados.
El método es simple. Este es el modo de hacerlo.
Toma una página. Como esta página. Ahora recórtala en dos mitades. Ahora tienes cuatro secciones: 1, 2,
3, 4... una dos tres cuatro. Luego, recompone las secciones colocando la número cuatro con la número
uno, y la número dos con la número tres. Y obtienes una nueva página. A veces expresa bastante de la
misma cosa. A veces es bastante distinta. Recortar discursos políticos es un ejercicio interesante, y en todo
caso verificarás que dice algo, y algo bastante definido. Toma a cualquier poeta o escritor que te guste. O
poemas que hayas leído muchas veces. Después de años de repetición, las palabras perdieron vida y
significado. Ahora bien: toma el poema y tipia pasajes selectos. Llena una página con extractos. Luego
recorta la página. Tienes un poema nuevo. Tantos poemas como quieras. Tantos poemas de Shakespeare
Rimbaud como quieras. Tristán Tzara decía: “La poesía es cosa de todos”. Y André Breton lo acusó de
policía y lo expulsó del movimiento. Dilo nuevamente: “La poesía es cosa de todos”. La poesía es un lugar y
brinda libertad para que recortes a Rimbaud y te coloques en el lugar de Rimbaud. Aquí tienes un poema
de Rimbaud recortado:
Visita de recuerdos. Sólo tu danza y tu voz casa. En el aire suburbano improbables deserciones... todo
armónico pino en lucha.
Los grandes cielos están abiertos. Candor de vapor y una tienda que escupe sangre risa y penitencia
borracha.
Desfile de vino perfume abre una botella lenta.
Los grandes cielos están abiertos. El clarín supremo quema carne niños en neblina.
Los recortes son para todos. Cualquiera puede hacer recortes. Es experimental en el sentido de ser algo
para hacer. Es algo que se escribe ahora mismo. No es algo sobre lo que se conversa y discute. Los filósofos
griegos suponían lógicamente que un objeto doblemente más pesado que otro objeto caería doblemente
más rápido. No se les ocurrió empujar ambos objetos desde la mesa y ver cómo se caían. Shakespeare
Rimbaud viven en sus palabras. Recorta las líneas de palabras y escuchará sus voces. A menudo, los
recortes emergen como mensajes codificados con significado especial para el recortador. ¿Golpeteos en la
mesa? Tal vez. Por cierto, se trata de una mejora de las habituales y deplorables actuaciones de poetas
contactados a través de un médium. Rimbaud se anuncia, y lo que surge después es una agónica poesía
pésima. Si recortas las palabras de Rimbaud te asegurarás al menos buena poesía, si no una aparición
personal.
Todo escrito es en verdad un recorte. Un collage de palabras leídas escuchadas y vueltas a escuchar. ¿Qué
más? El uso de la tijera vuelve explícito el proceso y sujeto a extensión y variación. La clara prosa clásica
puede componerse nuevamente con recortes vueltos a armar. Recortar y recomponer una página de
palabras escritas introduce una nueva dimensión a la escritura y le permite al escritor que convierta las
William Burroughs
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