sábado, 23 de mayo de 2015

POEMAS INÉDITOS DE CECILIA ROMANA!!!!!

Los siguientes poemas son un adelanto del libro "Poemas Concretos", próximo a publicarse.


Prati

Ahora que los arcos apuntan a otro centro
y sabemos que, en adelante, nadie va a pensar que soy
buena en lo que hago, puedo confesarte que entendí 
desde el principio lo que iba a perder si te seguía.

La calle se abre en dos: por un lado estoy yo, por el otro,
nuestra vida juntos. Busco la frase que lo diga sin 
dobleces: -seres humildes-, cuando uno parta, el otro siga,
de Teasdale, o mejor, aquello que escribió Emily, el alma 
escoge su compañía. Luego cierra la puerta.

Estoy conforme con el trato. Pudo haber sido más 
injusto. Del resto se encargará el paso del tiempo: 
quién sabe haga de nosotros una vitrina con varios estantes,
unos arriba, otros abajo, donde tus cosas estén 
mejor dispuestas que las mías y llamen más la atención.



Crenovich, Del Prete 
(1935), etc., etc., etc.

Toco el celofán en el bolsillo de mi campera. Juro que estuve
ahí, aunque es como si no hubiera estado, porque a mí nunca
me pasan cosas memorables. Hay cinco caramelos: tres amarillos; 
dos de color naranja. Los palpo a través de la bolsa que se tornó opaca 
por el azúcar, por el polvo que despidieron cuando caminé 
a zancadas intentando huir de él, de su mano derecha, sus dos ojos 
-redondos como pines de delegación oficial-, sus rodillas dentro 
de un pantalón azul claro, porque: la era artística de la ficción 
representativa toca a su fin, según el Manifiesto Concreto firmado 
por Bayley, Maldonado, Enio Iommi, Girola, Lozza -y sus hermanos,
Rafael, Rembrandt-, etc., etc., etc. Ahora pienso que una buena 
manera de incorporarlo a mi vida, de hacerlo más creíble 
en términos formales, hubiera sido comiéndome los cinco caramelos
–él me dijo: para el viaje-, sin embargo, ¿qué quedaría 
como prueba de que esa tarde existió, si me los hubiera tragado 
uno a uno, haciéndole caso? Es algo difícil de creer, inclusive para mí, 
que se supone que estuve con él en esa esquina, en ese bar: su mano 
derecha –el mal pulso de su mano derecha-, los ojos -mucho más 
abiertos que otros días-, sus rodillas, la nariz, esa sombra ovalada
en el nacimiento del pelo, todo, todo viniendo hacia mí que, 
fiel a mi pasado atlético -a mi presente cobarde-, lo esquivé, porque, 
el arte concreto habitúa al hombre a la relación directa con las cosas 
y no con las ficciones de las cosas, o lo mismo decir: no estoy lista 
para adherir a semejante proclama, como sí lo estaban Hlito, Espinosa, 
Molenberg, Lidy Prati, Caraduje, Contreras, Núñez, etc., etc., etc.



Crenovich, Del Prete

Al contrario de lo que quiere la gente, 
yo ruego que el colectivo 
venga lleno cada vez que viajamos juntos.

Nosotros no tenemos nada en común. 
Jamás nos hubiésemos conocido viajando. 
Él vive hacia el norte; yo más al centro. 
Ni siquiera nos coinciden los horarios. Damos 
dos pasos atrás. Se agarra del pasamano. Yo 
me agarro de él –no puedo hacer más: con suerte 
le llego al pecho-. Nos presionan de todos lados: 
entregar un libro en dos días; sus clases 
de los viernes, y veinte albañiles que intentan 
llegar temprano a casa. ¡Un pasito más!, grita el chofer.
Lo miran con mala cara, en cambio, su cara 
es inconfundible: no está enojado, no está triste. 
Quiere pedirme lo que no podría darle. Vení, 
me dice con esa voz grave que usa a veces, y yo 
me interno como una adolescente en el hueco 
que hay entre su abrigo y la camisa verde musgo. 
Lo abrazo. Él y yo no tenemos nada en común, 
pero su corazón está en la punta de mi boca –lo
siento latir-, el colectivo va lleno, un bebé 
llora adelante y nos quedan quince minutos 
de algo demasiado parecido al amor.



Vitullo 

Cuando Sesostris cambió la horizontalidad 
del granito por tótems como Chola, Cóndor y Malambo -casi al final 
de su vida, aunque tampoco lo supiera-, la academia le cerró
las puertas y los funcionarios 
de la embajada argentina en París escondieron sus tallas 
en un sótano. En su diario escribió: nadie me ve 
como yo quiero que me vean. Lo extraño es que habiendo sido
modelo de Bigatti y de Bourdelle tuviera una sensación
tan baja de sí mismo. Enfermo, se casó y entró como empleado en una cantera
donde le regalaban los bloques que modeló
resignado a no tener una vida mejor 
ni un regreso glorioso a la patria. En un momento se empeñó con ser poeta: 
así es el infierno de los que hacemos todo
de una forma apagada y distante, anotó en la estrofa quinta de un libro 
que jamás fue publicado. Para cuando lo descubrió 
Pirovano, su obra estaba desvalorizada
y su páncreas –tan joven como él-, casi muerto.



Premios Municipales

Tus zapatos, vistos de atrás, son algo extraño. 
Como si el mundo fuera en dirección contraria 
a lo razonable o los demás estuvieran todos confundidos.
Te miran por la calle. Yo hago igual.

Tus zapatos tienen un color indefinido entre el marrón claro
y el gris. Una mujer te pide que la cruces
hasta la otra vereda. Aunque no es ciega, solo puede mirar
hacia adelante, dice en voz alta. Yo los acompaño. De lejos, tus zapatos
fundan un mundo. De cerca, se le ven las manchas
de agua de zanja y pintura negra. 


(PS: el único poema que jamás concluyo)


Cecilia Romana nació en Buenos Aires en 1975. En poesía publicó: Flota, hangares y otros trabajos mecánicos (Córdoba, 2004); Duelo –en colaboración- (Buenos Aires, 2005); Aviso de obra, con el que obtuvo el Premio de Poesía Iberoamericana Sor Juana Inés de la Cruz 2006 (México, 2008); No lo conozcas, con el que obtuvo el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2006 (México, 2007); El libro de los celos, Segundo Premio Poesía Fondo Nacional de las Artes 2009 (Buenos Aires, 2010); Los que fueron, Segundo Premio Poesía Fondo Nacional de las Artes 2011 (Buenos Aires, 2013); Poemas concretos (Buenos Aires, 2015). Participó en antologías del país y del exterior. Sus poemas han sido traducidos al francés, inglés, italiano y polaco. Es colaboradora de las revistas Fénix (Córdoba) y Hablar de poesía (Buenos Aires), como también del diario santafesino El Litoral. Es licenciada en Artes y Ciencias del Teatro.

domingo, 10 de mayo de 2015

POEMAS INÉDITOS DE MARINA SERRANO!!!!

Los siguientes poemas son un adelanto del libro "Segunda fundación", próximo a publicarse.

I
Bulgaria es una historia.
Delgada y morena juega con piedras
eleva en oración restos de loza: todo lo que se quiebra
—y es vida— corre a las manos brutales, ásperas, escondidas
en lo profundo
de Bulgaria
se recoge el pelo
deja la nuca al viento en un lugar cualquiera
que nada representa
sino Bulgaria,
eso le viene a la cabeza,
Bulgaria
con piedras en las manos.

II
Yo, para tener una vida —dijo
la mujer que deja restos calcáreos en su derrota,
gotosa falange
lloradora de piedras—
para tener una vida
voy a esperar,
—brutal y morena, oscurecida bajo los talones—
los mismos acantilados
pueden echar soga entre las cosas.
Bulgaria,
de algún modo, siempre es esperanza.

III
Orgullosa
por esa forma de calcar con tinta china
montones de mapas
iguales
a Bulgaria, ensuciar los dedos, perder las huellas
en un trazo continuo
busca consuelo: ¿qué importa si ella sabe
adónde voy?
Si tenía definiciones para casi todo lo importante
incluida la felicidad. ¿Qué más da
si ella sabe?
Se sienta a observar el mar
de noche
imagina
lo que verá cuando sea
la cerrazón inmensa, y haya aprendido
que cualquier forma de ser
debe comenzar
(en ella).

VI
Si llueve, y ella dijo que sucede a menudo
en Bulgaria,
llueven flores amarillas,
no mentiría acerca de algo tan importante:
—la espora de mi primordio
fue una flor
que llovió en Bulgaria.
Las otras lluvias
de los otros mundos
parecen envidiar:
recostadas, alcantarillas mediocres y caminos,
suben por los techos para florecer, con su raíz
de piel.
Hay tormenta, el día es casi una tarde, y salgo a la calle:
llueve un mar de flores amarillas.


Marina Serrano nació el 10 de marzo de 1973 en la ciudad de Quequén, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Es Licenciada Kinesióloga Fisiatra, por la Universidad de Buenos Aires Licenciada en Psicología, por la Universidad de Palermo. Participó en la antología de poesía argentina: Hotel Quequén (Sigamos enamoradas, 2006). En noviembre de 2006, publicó su primer libro de poesía Formación Hospitalaria (Sigamos enamoradas 2006) por el cual recibió una mención en el “II Premio Internacional de Poesía Revista Prometeo para Libros Publicados en Lengua Castellana” (XVI Festival Internacional de Poesía de Medellín 2007). Participó en la antología de cuentos: “Hotel Quequén II” (sigamos enamoradas, 2008). Fue incluida en la antología   Poetas Argentinas (1961-1980), compilada por Andi Nachon (Ediciones Del Dock, 2008). La diástasis de las tibias largas (sigamos enamoradas, 2008) obtuvo una mención en el Concurso Nacional de Poesía del Fondo Nacional de las Artes 2006, Argentina, y fue publicada en 2008.  Obtuvo una mención en el premio “Luis Tejeda”, 2010, por el libro de cuentos: “Divulgación científica. Una breve selección de cuentos positivistas”.  Participó en la antología: “Hotel Quequén IV. Submarino” (sigamos enamoradas, 2011), y fue incluida en “Cuestión de Luz. Diecisiete poetas argentinos” (Huesos de Jibia, 2014), compilada por Ricardo Herrera. En 2012, se publicó “La única cosa necesaria” (Editorial del Copista, 2012), y se espera la presentación de, “Segunda Fundación” (Cabiria, 2015) para junio de 2015.