miércoles, 30 de enero de 2013

POEMA


“Si te encendiste en las fauces de un perro labrador
Mostrá la cola, diablita”, dijo y pareció no asustarme.

Las emociones se secretaban mientras se segregaban desde las glándulas que nos hacen sentirnos vivos, menos en estos casos extremados de autodestrucción en donde las glándulas segregan emociones que son secretos, en donde las glándulas segregan secretos, para ser más exactos... cnidocitos que se inyectaban a sí mismos la medicina urticante hasta morir agujereados (es la única opción a morir mordidos por los perros labradores).
Hay algo que algunos deberían saber, como que la Medusa se tornaba agua viva cuando sus latidos se mecían, agua en el agua. Como el polvo (polvo en el polvo, polvo de polvos y del polvo al polvo también). De más está decir que eran ellos los que se quedaban duros, extasiados ante su propio reflejo, el más ansiado, no podía creer ver su propia imagen multiplicada de perros labradores que los miraban horrorizados desde mis ojos infinitas cabezas de Medusa.

Debería avergonzarnos la gravitud del estandarte,
como Jesucristo al acarrear la propia cruz donde murió.
La cruz deja un vacío existencial
después del calor sofocante. 
Mientras las heridas continuamente abiertas no solo ardían:
se asaban en el sol como chinchulines,
hedían a hambre.
Yo imagino que Jesucristo es un poco hippie ahora
y que de valiente no le faltó nada
pues él decidió soportar su muerte
para no morir
para no traicionar sus principios.
Como aquel pibe del ERP,
¿te acordás compañero?
Lo mataron, lo quemaron por dentro con picana,
hasta sacarle el alma del cuerpo, que no cambiaba de parecer porque no quería.
Lo más poderoso les parecía destruirlo.
PERO (¡sí, a vos, pero!) no es fácil de destruir una experiencia
que demuestra ciertos signos de abuso y poder.
El pueblo se lastima perdiendo un miembro de su comunidad.
Después, no puede olvidar.
Yo sé que ésto puede no parecer un poema.
Siempre hablo con cacofonía para molestar.
Siempre denuesto un lenguaje que no sé cómo es;
pero me gusta y no se aparece aquí.
A veces me quiero autrodestruir;
otras aguanto
otras trato de hacer algo más.
Me siento una poeta de los noventa,
metida dentro de un buzón;
detesto escribir así
No sé qué haré con tanta y esta confesión,
ni contigo
poema.


(A mis lectores: de a poquito estoy formando una unidad de todos mis poemas, para verlos en libro... pero eso no será pronto, pero el camino se sigue por ahí)

viernes, 18 de enero de 2013

POESIA PARA TODOS, NO LO PIDE CRISTINA SINO BURROUGHS



El método del recorte  


Durante una convención surrealista de los años 20, Tristán Tzara, el hombre de ninguna parte, propuso 
crear un poema allí mismo mediante la extracción de palabras depositadas en papelitos dentro de un 
sombrero. El motín resultante causó estragos en el teatro. André Breton expulsó a Tristán Tzara y confinó 
los recortes en el diván freudiano.
En el verano de 1959, el pintor y escritor Brion Gysin recortó en secciones varios artículos de diarios y las 
reorganizó al azar. Mi libroMinutes to Go (A minutos de partir) fue un resultado de este experimento inicial 
de recorte. Minutes to Go contiene recortes no reescritos, sin cambio alguno, que emergen como una 
prosa bastante coherente y llena de significados.
El método es simple. Este es el modo de hacerlo.
Toma una página. Como esta página. Ahora recórtala en dos mitades. Ahora tienes cuatro secciones: 1, 2, 
3, 4... una dos tres cuatro. Luego, recompone las secciones colocando la número cuatro con la número 
uno, y la número dos con la número tres. Y obtienes una nueva página. A veces expresa bastante de la 
misma cosa. A veces es bastante distinta. Recortar discursos políticos es un ejercicio interesante, y en todo 
caso verificarás que dice algo, y algo bastante definido. Toma a cualquier poeta o escritor que te guste. O 
poemas que hayas leído muchas veces. Después de años de repetición, las palabras perdieron vida y 
significado. Ahora bien: toma el poema y tipia pasajes selectos. Llena una página con extractos. Luego 
recorta la página. Tienes un poema nuevo. Tantos poemas como quieras. Tantos poemas de Shakespeare 
Rimbaud como quieras. Tristán Tzara decía: “La poesía es cosa de todos”. Y André Breton lo acusó de 
policía y lo expulsó del movimiento. Dilo nuevamente: “La poesía es cosa de todos”. La poesía es un lugar y 
brinda libertad para que recortes a Rimbaud y te coloques en el lugar de Rimbaud. Aquí tienes un poema 
de Rimbaud recortado:
Visita de recuerdos. Sólo tu danza y tu voz casa. En el aire suburbano improbables deserciones... todo 
armónico pino en lucha.
Los grandes cielos están abiertos. Candor de vapor y una tienda que escupe sangre risa y penitencia 
borracha.
Desfile de vino perfume abre una botella lenta.
Los grandes cielos están abiertos. El clarín supremo quema carne niños en neblina.
Los recortes son para todos. Cualquiera puede hacer recortes. Es experimental en el sentido de ser algo 
para hacer. Es algo que se escribe ahora mismo. No es algo sobre lo que se conversa y discute. Los filósofos 
griegos suponían lógicamente que un objeto doblemente más pesado que otro objeto caería doblemente 
más rápido. No se les ocurrió empujar ambos objetos desde la mesa y ver cómo se caían. Shakespeare 
Rimbaud viven en sus palabras. Recorta las líneas de palabras y escuchará sus voces. A menudo, los 
recortes emergen como mensajes codificados con significado especial para el recortador. ¿Golpeteos en la 
mesa? Tal vez. Por cierto, se trata de una mejora de las habituales y deplorables actuaciones de poetas 
contactados a través de un médium. Rimbaud se anuncia, y lo que surge después es una agónica poesía 
pésima. Si recortas las palabras de Rimbaud te asegurarás al menos buena poesía, si no una aparición 
personal.
Todo escrito es en verdad un recorte. Un collage de palabras leídas escuchadas y vueltas a escuchar. ¿Qué 
más? El uso de la tijera vuelve explícito el proceso y sujeto a extensión y variación. La clara prosa clásica 
puede componerse nuevamente con recortes vueltos a armar. Recortar y recomponer una página de 
palabras escritas introduce una nueva dimensión a la escritura y le permite al escritor que convierta las 

William Burroughs